Comienza Yulin el festival donde se comercia la carne de perro
El festival de Yulin, también conocido como el Festival de Lichi y Carne de Perro, se lleva a cabo durante 10 días a partir del 21 de junio en Yulin, una ciudad en Guangxi en el sur de China, en la frontera con Vietnam.
Dentro y fuera de China, la matanza y la venta de perros en este país no sólo es considerada cruel e inhumana sino también arriesgada por las afecciones de salud que pudiera causar su consumo. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que el comercio de perros propaga la rabia y aumenta el riesgo de cólera, proporcionando más pruebas sobre el rol que la cría de animales para consumo tiene en la propagación de enfermedades zoonóticas.
Se estima que alrededor de 10 millones de perros y 4 millones de gatos son asesinados por su carne cada año en China. Pero este festival es una propuesta para aumentar su venta y consumo, el festival ofrece venta de carne fresca y propuestas de gastronómica a partir de la carne de estos animales.
Esto implica que los animales sean criados o capturados de manera ilegal ya que China no tiene ningún tipo de regulación que considere a estos animales como de consumo humano. El Ministerio de Agricultura emitió directrices para que los perros se clasifiquen como animales de compañía, eliminándolos de la lista de animales destinados a consumo.
Son robados a sus dueños o capturados en las calles del país, y posteriormente transportados en terribles condiciones. Viajan miles de kilómetros sin agua, comida y hacinados en jaulas de alambre hasta llegar al mercado de Dashchang en Yulin. En el momento en el que son matados gran parte de ellos se encuentran enfermos o moribundos.
Durante este festival, los animales destinados para venta que se encuentran en situaciones insanas se mantienen en estrecho contacto con los humanos y a menudo son sacrificados violentamente en el momento de la compra.
Una cruel tradición que continúa a pesar de la prohibición
China dictó una prohibición temporal de todo comercio y consumo de animales salvajes, después de que un “mercado húmedo” en la ciudad central de Wuhan se convirtiera en el presunto epicentro del brote de COVID-19 en esa ciudad.
Aunque el gobierno nacional aún no ha prohibido explícitamente el consumo de carne de perro, las ciudades de Shenzhen y Zhuhai, ambas en la provincia sureña de Guangdong, ya han dado ese paso. En abril se convirtieron en las primeras ciudades de China en prohibir la práctica.
Y a pesar de estos avances, las jaulas repletas de perros para ser matados y vendidos aún llenan las paradas del mercado de Dashchang en Yulin, este macabro festival también ha resistido a múltiples críticas, protestas y campañas puestas en marcha por asociaciones y organizaciones animalistas.
Investigaciones llevadas a cabo por Igualdad Animal en China sobre esta cruel industria, lograron el cierre de un matadero ilegal y 33 puestos de carne de perro y gato en la provincia de Guangdong pero aún queda mucho por hacer.
Debemos ampliar nuestro marco de indignación ante el maltrato animal. Del otro lado del mundo la atrocidad de comer perros y gatos no se aleja de lo que la ganadería industrial le hace a cerdos, vacas o pollos en occidente. Cuestionemos nuestra relación hacia los animales, sin justificación de fronteras o culturas y acabemos de una vez por todas con su sufrimiento dejándolos fuera de nuestros platos.
-Dulce Ramírez, Vicepresidenta para Latinoamérica en Igualdad Animal
¡Únete a las acciones que estamos haciendo para detener este cruel comercio!