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5 pruebas de que los peces son los animales más olvidados


A pesar de que se ha demostrado que sienten dolor y tienen autoconciencia, no existen leyes que los protejan. Pertenecemos a medios tan diferentes que realmente sabemos poco de los peces y eso, en gran parte, también ha hecho que se ignore su sufrimiento.

Los peces son los animales más maltratados y matados en todo el planeta. Ya sea que se críen en piscifactorías industriales (granjas de peces) o se capturen en la naturaleza, los peces no ningún tipo de protección legal.

En México, la ley ni siquiera los reconoce como animales y las normas que establecen los métodos de transporte, aturdimiento y matanza no los incluyen, así que la industria los cría y mata con los métodos más crueles para convertirlos en alimento.

A continuación, te presentamos 5 motivos por los cuales querrás dejar de apoyar a esta cruel industria que maltrata a los animales más olvidados del planeta.

1. Cuando los pescan, sus órganos se revientan

La mayoría de los peces que se consumen hoy en día se crían en espacios controlados o granjas de peces. Sin embargo, la pesca de captura que ocurre directamente en los océanos también se sigue practicando a gran escala.

Los peces son perseguidos hasta hasta quedar atrapados en las redes – sin ninguna posibilidad de escapar -, son sacados del mar violentamente y algunos sufren descompresión y sus órganos internos se revientan.

¿Imaginas que doloroso puede ser esto?

Carloforte, Italia - La Matanza de Atunes

Por su parte, en las piscifactorías, los peces permanecen recluidos dentro de jaulas en el mar o ríos, y en tanques si se encuentran en la superficie.

Las condiciones de vida son tan extremas que los peces sufren depresión severa y llegan a generar actitudes suicidas por la falta de estímulos y por las condiciones de hacinamiento.

En nuestra investigación en México presenciamos cómo los peces que tienen alguna lesión son arrojados a la basura o usados como alimento para otros animales. A los peces de más edad los dejan sobre el piso para que mueran por asfixia.

Por si esto fuera poco, también documentamos que cuando llega el momento de matarlos, lo hacen si aturdirlos previamente.

Alguno de los métodos utilizados generalmente para matarlos son la asfixia, los golpes y la electrocución.

Ve la primera investigación de Igualdad Animal sobre la acuacultura en México y firma la petición para ayudar a los peces.

2. El número de peces que la industria mata cada año es alarmante

Debido al gran volumen de peces que se extraen, ni siquiera es factible para la industria cuantificarlos como individuos.

La pesca de captura mata anualmente 90 millones de toneladas de peces y la acuicultura 88 millones de toneladas.

Si sumamos ambas cantidades, da un número tan alto que es difícil de dimensionar.

3. No respeta la vida marina, ni sus ecosistemas

La pesca industrial es responsable de prácticas como la captura incidental, que afecta a otras especies como tortugas, delfines y tiburones; la sobrepesca, que agota rápidamente las poblaciones de peces; y la destrucción de hábitats marinos mediante técnicas como la pesca de arrastre. También se genera contaminación y desperdicios que dañan la vida marina.

Además del impacto en el bienestar de los peces capturados, la pesca también causa daño a los ecosistemas marinos en los que habitan y afecta negativamente a otras especies que son capturadas por error o que dependen de esos ecosistemas para su supervivencia.

4. No existe ninguna ley que proteja a los peces

Las Normas Oficiales Mexicanas no contemplan métodos para transportarlos o aturdirlos sin provocarles sufrimiento. El Manual de Buenas Prácticas Acuícolas no es de aplicación obligatoria y no contiene disposiciones para mejorar el bienestar de los peces. 

Y la lista podría seguir, pero con esto es evidente que no existe regulación obligatoria que explícitamente proteja a los peces durante su crianza, transporte ni matanza. Ni siquiera son reconocidos como animales por la Ley Federal de Sanidad Animal.

La industria lo quiere así para que no haya castigo por seguir produciendo a bajo costo y generando mayores ganancias, a costa del sufrimiento de los peces.

Prácticamente, puede (y, de hecho, así ocurre) hacer lo que le da la gana con ellos.

5. Quieren esconderlo, pero es un hecho: los peces sienten

De acuerdo con el Instituto Veterinario Noruego, es indudable que los peces tienen nociceptores y por tanto tienen la posibilidad de registrar dolor, aunque la respuesta y la forma de “mostrarlo” no se expresa de la misma forma que en los animales terrestres. 

Además pueden hacer lo mismo que los mamíferos: formar relaciones, recordar sus propias acciones, tomar decisiones (evaluando riesgos y beneficios). También tienen sentimientos y algún nivel de conciencia.

ASFIXIADOS: LA CRUEL INDIFERENCIA HACIA LOS PECES EN MÉXICO
En granjas en México documentamos canibalismo. Los peces se comían entre ellos porque tenían meses sin ser alimentados.

¡Tú puedes ayudar a los peces!

Aunque no podamos escuchar su dolor, los peces sufren y nos necesitan urgentemente. ¡Súmate para cambiar su vida!

Como consumidores podemos hacer una gran diferencia para los peces si los sustituimos en nuestra alimentación. Son tantas las alternativas vegetales que existen que no hay razón para causarles todo este sufrimiento. Encuentra exquisitas recetas en el siguiente botón.

DEFIENDE A LOS DESPROTEGIDOS

Los científicos confirman: Los peces tienen vida emocional y la capacidad de sentir. Ayuda a estos seres sensibles eligiendo alternativas de origen vegetal a los productos alimenticios de origen animal.


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