Una cruel realidad: La corta edad de los animales en la ganadería industrial
Como ya sabes, desde Igualdad Animal nos dedicamos a destapar la realidad que viven los animales dentro de la ganadería industrial.
Nuestro equipo de investigadores se ha adentrado en esta industria para darnos a conocer las múltiples realidades que viven los animales destinados al consumo. Por ejemplo, la realidad de las vacas utilizadas para producir leche o de las gallinas enjauladas dentro de la industria del huevo. Pero hoy quiero hablar acerca de una de las muchas realidades que nadie nos muestra, y es que aquellos animales que están en los rastros para ser matados tienen apenas unos días, semanas o meses de nacidos.
Las vidas que no se viven
En la primera etapa de la vida, los animales requieren condiciones especiales como: alimentación adecuada, cuidado, protección, aprendizaje social, contacto físico y afectivo con otros miembros de su familia.
Los animales en la ganadería industrial están confinados en espacios limitados donde tienen poco o ningún estímulo para explorar o aprender. Su entorno se reduce a un espacio cerrado con acceso limitado a luz natural y actividades estimulantes.
También son sometidos a todo tipo de maltrato y se desarrollan en entornos insalubres. Además, son testigos de lo que les sucede a otros animales mientras son matados. Esto, sin ninguna oportunidad de escapar.
Terneros en la industria de la leche
- Expectativa de vida: 25 a 30 años
- Realidad: 1 a 2 años
La verdad detrás de la industria láctea nos enfrenta a la cruda separación entre las vacas y crías cuando apenas nacen. En un abrir y cerrar de ojos, los terneros son apartados de sus madres.
Los machos, al no ser considerados útiles para la industria láctea, son enviados a los rastros, sin tener la oportunidad de tener contacto con sus madres ni de alimentarse de su leche. En el caso de crías hembra, son utilizadas para reemplazar a las vacas que dejan de ser consideradas productivas. Son sometidas a severas condiciones y a inseminaciones artificiales repetidas, hasta que sus cuerpos agotados ya no pueden más y son enviadas al mismo destino final: el rastro.
Otro aspecto recurrente en la vida de los terneros dentro de la industria láctea es la práctica común del descorne. A una edad muy temprana, a los terneros se les cortan los cuernos mediante métodos dolorosos y sin ningún tipo de anestesia. Esta práctica se lleva a cabo para evitar lesiones a los trabajadores y otros animales en las instalaciones de cría intensiva, pero provoca un gran sufrimiento y estrés en los terneros, que muchas veces no reciben atención veterinaria adecuada, o ninguna en absoluto.
Pollos en la industria de la carne
- Expectativa de vida: 10 años
- Realidad: 42 días
Entrar a una granja de pollos es caminar entre numerosos animales muertos y en descomposición (todos ellos con semanas de nacidos), mezclados con los que continúan con vida, los enfermos y moribundos.
El suelo está empapado de excremento que produce amoníaco y les quema la piel. Debido al peso anormal de sus músculos (pues la industria de la carne los engorda para sacar el mayor provecho), los pollos sufren lesiones y fracturas. Algunos de ellos son vencidos por su propio peso y no pueden levantarse más.
¿Qué pasa con los pollitos macho?
En la industria del huevo, tan sólo en México, se mata un pollito macho por cada gallina que se mantiene encerrada en jaulas. Normalmente se les tritura vivos al poco tiempo de nacer. Al igual que los terneros macho en la industria láctea, los pollitos son considerados inservibles para la industria avícola pues no pueden poner huevos ni ser utilizados para su carne.
Cerdos en la industria de la carne
- Expectativa de vida: 15 años
- Realidad: 3 a 6 meses
Los cerdos, seres inteligentes y sociales, son reducidos a meros números en la industria cárnica. Su corta vida está marcada por el sufrimiento desde el momento en que nacen. Separados brutalmente de sus madres apenas después del nacimiento, son arrojados a un mundo de confinamiento y crueldad en el que no recibirán ningún estímulo natural o emotivo. Al abrir por primera vez sus ojos, son recibidos por el frío y la soledad de las granjas.
Desde sus primeros días, son expuestos a mutilaciones sin anestesia como el corte de cola y la castración. Entrar a una granja de cerdos es verse invadido por sonidos insoportables, chillidos que no cesan en ningún momento del día o la noche. La desesperación es palpable a cada paso y en cada rincón. A los enfermos o lesionados se les considera desechos, ni siquiera vale la pena tratarlos médicamente. Son dejados solos, agonizando por días hasta que mueren en el mismo lugar en el que cayeron.
Para estos animales, cuya naturaleza busca la compañía y la exploración, la vida se convierte en un ciclo de dolor y desesperación. Las severas condiciones en las que viven los empujan a comportamientos como el canibalismo, o bien, a morderse compulsivamente. Los que logran sobrevivir a las duras condiciones de cría intensiva son condenados y transportados al rastro en camiones, amontonados con otros que, al igual que ellos, se encaminan al mismo destino.
¡TÚ PUEDES AYUDAR A LOS ANIMALES!
Sé que, al igual que nosotros en Igualdad Animal, esta situación te preocupa y quieres ayudar más a los animales destinados a consumo humano. ¡Y es posible hacerlo! ¡Puedes hacer mucho por ellos! La forma más rápida de tomar acción contra la explotación animal en la industria es adoptar una alimentación compasiva basada en vegetales.
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menos carne MÁS EMPATÍA
Los cerdos son animales muy sociables que a menudo se consideran más inteligentes que los perros. Puedes ayudar a estos inteligentes animales simplemente eligiendo alternativas vegetales.
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