Gripe aviar: podemos prevenir una pandemia y proteger a los animales
En menos de una semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió tres reportes de gripe aviar en humanos provenientes de tres países diferentes. Fue en la última semana de mayo que México, Australia e India notificaron al organismo que, con pruebas de laboratorios, confirmaban los contagios.
En México, la alerta se encendió pronto debido al fallecimiento de una persona infectada con H5N2, una variante que hasta ahora sólo había sido identificada en aves criadas para consumo humano. La preocupación generada por la noticia llevó a la OMS a aclarar que la muerte se debió a causas “multifactoriales”.
Sin embargo, el aumento de casos de gripe aviar en animales criados para su consumo continúa preocupando a personas expertas por el potencial peligro que representan las enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas contagiadas de animales a humanos.
Apenas en abril, Jeremy Farral, director científico de la OMS, advirtió sobre la latente posibilidad de una propagación de esta enfermedad en humanos, especialmente de la variante H5N1: “se ha propagado efectivamente en el transcurso de los últimos uno o dos años hasta convertirse en una pandemia zoonótica animal global”.
Un mes después, Australia confirmaba su primer contagio en una persona de dicha variante. La infección habría sido contraída en India, donde otro caso de la variante H9N2 había sido reportado.
La gripe aviar y la explotación animal
Aunque los casos no han tenido consecuencias mortales en humanos, desde finales de mayo decenas de miles de gallinas han sido matadas como medida sanitaria tan solo en cinco granjas de Victoria, Australia.
Estos animales eran criados para el consumo humano. De hecho, de siete factores que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha identificado como “impulsores de enfermedades zoonóticas”, cuatro están relacionados con nuestra alimentación:
El incremento en la demanda de carne; la intensificación de la agricultura insostenible que, a su vez, promueve la producción industrial de animales; la explotación de animales salvajes para su consumo; y cambios en las cadenas de suministro de alimentos para atender la demanda, lo que dificulta su correcta inspección sanitaria y abre la puerta a enfermedades zoonóticas.
Por ejemplo, para suplir esa demanda, la ganadería industrial hace uso excesivo de antibióticos y recurre al hacinamiento de animales que viven condiciones insalubres, factores que a su vez propician la propagación de enfermedades como la gripe aviar.
Las características propias de la ganadería industrial son totalmente incompatibles con el bienestar de los animales, las aves que en condiciones de libertad podrían experimentar sensaciones positivas como la alegría, la excitación y la gratificación cuando, por ejemplo, son libres para mostrar comportamientos de juego y exploración. Sin embargo, cuando son sometidas a las altas densidades en las granjas, a las jaulas, las únicas emociones que conocen son negativas: miedo, ansiedad, dolor y tristeza.
En investigaciones, Igualdad Animal ha expuesto las condiciones en las que gallinas y pollos son criados: hacinamiento, instalaciones insalubres con aves muertas o que viven entre sus excrementos.
¿Podemos evitar la gripe aviar?
Si bien existe el riesgo de que estos brotes y contagios en humanos se conviertan en una epidemia o pandemia, siempre existe la oportunidad de prevenirlos.
El prevenir una emergencia sanitaria zoonótica y ayudar a disminuir el sufrimiento de animales criados para su consumo está en nuestras manos con acciones en las que tenemos el poder de decidir, como adoptar una dieta basada en plantas.
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Como madre capaz de sentir, una gallina defenderá a sus pollitos a toda costa. Apoya el amor de una madre reemplazando los huevos en tus comidas con alternativas a base de plantas.
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