Empresa argentina ya produce carne cultivada
La carne cultivada – que es carne real cultivada a partir de células de animales y que no implica la muerte de ninguno de ellos – está teniendo su mejor momento hasta hoy.
Hace menos de 2 meses la empresa Eat Just se convirtió en la primera empresa en el mundo en ofrecer sus nuggets de carne cultivada de pollo a la venta en un restaurante en Singapur y la empresa Argentina Cell Farm ya vende sus “semillas” de carne cultivada a empresas de California e Islandia.
Sin duda, los grandes inversores, incluídos también los mayores productores de carne en el mundo, saben que esta tecnología va a reconfigurar el sistema de producción alimentos y dejar atrás a la obsoleta industria ganadera que se sale de los límites de toda práctica consciente y razonable.
Argentina: pionera en Latinoamérica
Gracias a esta tecnología, Cell Farm (primera empresa en su sector en Latinoamérica) puede conseguir que la carne cultivada tenga las mismas características que las de las terneras que son criadas en la Pampa Argentina, y todo esto sin que ningún animal haya sufrido o sea matado y sin el impacto medioambiental que conlleva la producción de carne por parte de la industria ganadera.
Sofia Giampaoli, directora ejecutiva de la empresa, afirma que su objetivo principal es acelerar el desarrollo de esta tecnología que entre otros beneficios puede evitar la aparición de epidemias como la gripe porcina o aviar.
Más ética, saludable y sostenible
La carne cultivada no conlleva la crueldad a la cual son sometidos los animales criados para consumo, tampoco supone un problema para la salud humana al no contener los antibióticos y hormonas con las que atiborran a los animales para enviar brotes de enfermedades y acelerar su crecimiento.
Igualmente, y en gran medida debido a sus alcances, la carne cultivada podría salvar al planeta ya que contribuiría a resolver la urgencia que supone mitigar los efectos del cambio climático en el planeta y del cual la ganadería es factor principal. En comparación con el gran impacto que implica la producción de carne de animales en granjas y mataderos, la carne producida a partir de células de animales permite un ahorro del 45% en energía, genera un 78-96% menos de gases de efecto invernadero, necesitan 99% menos tierras (pastoreo y cultivo de cereales como alimento para animales destinados a consumo) y requiere de un 82-96% menos de agua.
“Es un salto tecnológico que beneficiará a la producción pero que sobre todo tiene en cuenta de manera especial la protección del medioambiente. Nuestros recursos son finitos”, afirmó Giampaoli.