Granja francesa de Foie Gras
La organización internacional Igualdad Animal graba en una granja francesa el proceso de alimentación forzada para la producción de foie gras.
Como parte de la campaña mundial para ponerle fin a la cruel práctica de la producción de foie gras, nuestro equipo de investigaciones de Reino Unido viajó a Francia para recabar más imágenes que muestran este terrible proceso.
La impactantes imágenes muestran a gansos y patos aterrorizados luchando y sufriendo mientras son alimentados a la fuerza para obtener el cruel foie gras mejor conocido en México como paté de hígado de pato.
- La alimentación forzada convierte al hígado un órgano completamente enfermo que alcanza hasta un peso 10 veces superior del que sería natural.
- Cada año más de 1.150.000 patos y gansos son sometidos a la alimentación forzada en España para que sus hígados crezcan hasta diez veces su tamaño normal y obtener foie gras.
- Son encerrados en jaulas individuales o en grupo, y son alimentados mediante un tubo metálico de 30 cm. Durante dos semana va aumentando la dosis hasta alcanzar los 2 kilos de pasta de maíz al día; el equivalente a 12 kilos para una persona.
- A los 4 meses es cuando comienza la alimentación forzada que dura entre 12 y 15 días dependiendo de la explotación. Si se alarga en el tiempo los patos comienzan a morir.
- En 18 países ya han prohibido su producción; Argentina, Austria, Dinamarca, República Checa, Finlandia, Israel, Turquía, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Suecia, Suiza, Los Países Bajos y Reino Unido.
- España, junto a Bélgica, Francia, Bulgaria y Hungría, son los únicos cinco países europeos que continúan produciendo foie gras.
NOTICIA
3 restaurantes retiran el foie gras de su menú tras nuestra investigación
Tras haber presentado imágenes impactantes de nuestra más reciente investigación que muestran a gansos y patos aterrorizados luchando y sufriendo mientras son alimentados a la fuerza, el restaurante de la Wallace Collection se una al Skylon del Southbank Centre en el Royal Festival Hall y al de galería Tate Modern, haciendo la misma elección compasiva de retirar el foie gras de su menú de Fin de Año.