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Las 6 contradicciones que nos ocultan sobre la ganadería intensiva


Te contaremos cosas que probablemente no leerás en los periódicos ni verás jamás en la televisión.

Además de causar un sufrimiento inimaginable e inaceptable a los animales, la ganadería también esconde otras contradicciones de las que no se habla lo suficiente y que te revelaremos aquí.

Tómate tu tiempo para leerlo todo porque te daremos información sobre asuntos de los que jamás te hablará la industria.

1. EL ESPACIO

La consigna de la ganadería es: maximizar. Maximizar la producción, ante todo, para maximizar las ganancias. 

Si todos los animales de la industria de la carne mexicana tuvieran libertad para “pastar”, literalmente no habría más espacio para los seres humanos. Las calles y plazas de las ciudades estarían invadidas de vacas, pollos, gallinas y cerdos.

¿Cómo ha resuelto la industria el problema? Hacinando el mayor número posible de animales en cobertizos -o peor aún, encerrándolos en jaulas- causándoles un terrible sufrimiento.

Pero lo cierto es que la ganadería “ahorra espacio” en los países desarrollados, para robarlo en los países en vías de desarrollo. 

Y por dos razones: ¿te imaginas cuáles son?

Investigación de Igualdad Animal

2. LA CADENA DE SUMINISTRO OCULTA 

La mayor parte de los animales criados para consumo, como los pollos, las gallinas, los cerdos y las vacas viven encerrados toda su vida en los cobertizos de las granjas industriales.

Sólo unas pocas razas de ganado criadas por su carne pastan libremente.

Sólo en México se calcula que se consumen 69 kg de carne per cápita al año -sin contar a los peces y los mariscos-, mientras que los animales criados en libertad en nuestro país representan un porcentaje insignificante.

¿De dónde procede el resto de la carne que se consume en México? Debes saber que también procede de otros países como Estados Unidos, Canadá y Brasil. 

Y he aquí la segunda paradoja de la ganadería industrial en la era de la globalización: la cadena de suministro es tan larga que un animal criado y matado en Brasil puede llegar a las mesas de los mexicanos. O al revés uno criado y matado en México será consumido en Japón, por ejemplo. 

Y el consumidor no está obligado a saber de dónde procede realmente el producto y, al no saberlo, piensa que está comprando un producto mexicano.

3. LA ALIMENTACIÓN

Para alimentar a un solo cerdo criado con fines alimenticios se necesitan 2 kg de alimento cada día.

Para maximizar la producción y el beneficio económico, el alimento que se da a los animales es alto en proteínas, diseñado para inducir un rápido crecimiento.

La parte proteica del alimento suele concentrarse en una legumbre: la soya.

Evidentemente, no es posible cultivar en México toda la soya que se necesita para alimentar a los cientos de millones de animales que viven en explotaciones intensivas cada año, porque, de nuevo, no hay espacio suficiente.

¿Y qué se hace?

La respuesta es sencilla: México compra soya para darle de comer a estos animales a otros países como Estados Unidos y Brasil donde hay espacio suficiente para cultivarla… pero el precio que pagamos es la deforestación de bosques enteros.

4. LA CONTAMINACIÓN

La producción ganadera industrial es responsable de al menos el 14,5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Pero también es la responsable directa e indirecta de una de las mayores catástrofes medioambientales a las que se enfrenta nuestra sociedad: la destrucción de los bosques, selvas y sabanas de la Tierra. 

En 2020 se deforestaron más de 12 millones de hectáreas, lo que supone un aumento del 12% respecto al año anterior.

Y se perdieron 42,000 km² sólo en las regiones tropicales, las más valiosas para la salud del planeta.

Estas cifras señalan una tendencia alarmante: la tasa de deforestación está aumentando, muy por encima de la media de los últimos 20 años.

Pero eso no es todo. En los últimos 10 años, la Amazonia ha producido casi un 20% más de dióxido de carbono del que ha conseguido absorber en el mismo periodo.

Pongámoslo así: estamos quemando los bosques, selvas y sabanas de la Tierra para alimentar, principalmente con carne, a la humanidad, hasta el punto de que las emisiones de gases del Amazonas superan ya con creces su capacidad de absorción.

Se ha calculado que, si la Amazonia fuera un país, ocuparía el tercer lugar en el ranking de países que más gases de efecto invernadero emiten en el mundo.

Investigación de Igualdad Animal en la Amazonia

5. DOBLE SUFRIMIENTO

Los animales criados en zonas deforestadas suelen enviarse a rastros clandestinos, donde no se respetan las normas mínimas de bienestar animal.

Debido a este sistema  -en el que es imposible seguir la pista a toda la cadena de suministro- los animales sufren dos veces: sufren durante su corta vida y sufren en el momento en que son matados, que se realiza sin aturdimiento y con sistemas cuando menos brutales.

6. EL HAMBRE EN EL MUNDO

Todos sabemos que el hambre en el mundo es una de las mayores preocupaciones de nuestro siglo.

La brecha de la desigualdad entre distintas zonas del mundo sigue aumentando cada año en lugar de reducirse.

Sin embargo, existe una solución viable a corto plazo: si las tierras agrícolas destinadas al cultivo de la soya pudieran utilizarse para producir alimentos para los 2,000 millones de personas que sufren desnutrición severa, reduciríamos drásticamente el problema del hambre en el mundo.

En un mundo altamente globalizado, en el que ya no existen barreras de ningún tipo y en el que los intercambios económicos vinculan inextricablemente a un país con otro, una parte del mundo es responsable de lo que ocurre en el otro lado del globo.

En este sentido, mañana publicaremos una nueva campaña informativa que revelará otra cara de la ganadería, tanto intensiva como no intensiva, que es poco conocida porque se mantiene deliberadamente oculta por las grandes multinacionales.

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