La maternidad en la industria cárnica
El amor de una mamá es un sentimiento poderoso que se manifiesta en todas las especies, incluyendo en las madres de animales en granjas, como vacas, cerdas y borregas. ¿Alguna vez has visto cómo ellas muestran amor e intentan brindar protección y cuidados a sus hijos?
Estos ejemplos son solo una muestra de que el amor de madre no distingue especies. Es un sentimiento universal que se manifiesta en diversas formas, mostrándonos que las madres animales son capaces de sentir y expresar un profundo amor y cuidado hacia sus hijos, sin importar la especie a la que pertenezcan.
Las madres en la industria alimenticia
La cruel realidad de la explotación en la industria provoca sufrimiento a las madres debido a las prácticas que en ella ocurren, como vivir hacinadas en espacios sucios con ventilación e iluminación inadecuadas; ser sometidas a inseminación artificial, lo cual es doloroso e incómodo para ellas; el uso de jaulas que les impide moverse o incluso darse la vuelta; la separación temprana de las crías de sus madres, lo que es traumático para ambos. Es muy común que las madres animales, al final de su etapa reproductiva, sean sometidas a métodos de sacrificio sin aturdimientos adecuados, lo que puede causarles sufrimiento extremo y dolor.
La realidad oculta
Igualdad Animal muestra cómo es la vida de una madre, a través de una investigación que realizó sobre la industria de la leche en México.
Esta industria insemina artificialmente a las vacas y 9 meses después les arrebata a sus hijos para que estos no consuman la leche que su madre genera para ellos. Las hijas hembras serán criadas con leche artificial y luego entrarán en el cruel e interminable ciclo de la leche. Los gemelos y los cuates serán matados o dejados morir poco después de nacer. Los terneros machos serán enviados al matadero para aprovechar su carne.
Las vacas nunca conocerán a sus críos, porque les serán arrebatados apenas al nacer. ¿Te imaginas el dolor de la madre al no poder acicalar a su bebé y nunca volverlo a ver?.
Desde su primer día los becerros sólo conocen dolor: su madre no tendrá la oportunidad de estimularlos al nacer, no les dará calor ni la seguridad que cualquier recién nacido necesita y jamás probarán la leche de su madre. Se llaman desesperadamente sin posibilidad de acercamiento. La madre será ordeñada inmediatamente pero no para alimentar a su cría.
Todas las vacas son “descornadas” sin anestesia para evitar que se produzcan heridas al vivir en condiciones tan estresantes para ellas. Los cuernos de una vaca tienen una sensibilidad similar a la de nuestros dientes. Las vacas resultan lesionadas regularmente tanto por la ordeña como por las condiciones y maltrato. Son marcadas con hierro caliente, las quemaduras les ocasiona ardor y heridas profundas.
Pasado un tiempo después de haber dado a luz, las vacas dejan de dar leche. Entonces comienza un nuevo ciclo de inseminación artificial, la dolorosa separación de su cría y ordeño industrial. Tras cuatro años terminará en un rastro para ser asesinada.
Reconozcamos la maternidad que la industria oculta
Debemos reflexionar sobre el amor incondicional que las madres animales sienten por sus hijos, y sobre las terribles condiciones en las que se ven obligadas a vivir en la industria cárnica, a menudo sometidas a prácticas crueles como la mutilación sin anestesia o el ordeño mecánico, son forzadas a permanecer hacinadas en espacios reducidos, sin acceso a luz natural ni aire fresco, y son separadas de sus crías a escasos momentos de su nacimiento. Todo esto con el único propósito de producir carne, leche y huevos para el consumo humano.
Es importante recordar que detrás de cada producto animal que se consume, hay una madre que fue forzada a sufrir y a ver a sus hijos sufrir también. El vínculo maternal es fuerte en todas las especies y no deberíamos ignorarlo ni minimizarlo. Es momento de tomar decisiones mas compasivas, y considerar probar alternativas deliciosas y saludables a los productos de origen animal.
Este día de la madre, hagamos una elección que reconozca el amor y el cuidado maternal, no solo en nuestras propias familias, sino también en todas las especies animales.
DEFIENDE LA MATERNIDAD
Los instintos maternales de una vaca fomentan un vínculo tierno con su vulnerable cría. Preserva esta tierna relación eligiendo alternativas de origen vegetal a los productos lácteos.
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