5 horrores de la industria ganadera que preferirías no conocer
En toda la historia no hay mayores víctimas que los animales de granja y, sin duda, el peor maltrato y los mayores crímenes han sido y son también cometidos por esta industria.
Han convertido a los animales en simples máquinas de producir carne, leche y huevos, y para esto a seres tan sensibles como ellos les han quitado su libertad, arrebatado sus vidas, y condenado a un verdadero infierno a través de las prácticas más terribles que se puedan imaginar.
A continuación alguna de ellas que, por supuesto, la industria preferiría que no conocieras:
1.Castración sin anestesia
Entre el tercer y el séptimo día de vida a los cerditos les cortan los testículos sin anestesia para que su carne no tenga un sabor que no se adapte a las preferencias de sus consumidores. Esta dolorosa práctica sea aplica también a los terneros machos.
2. Triturados vivos
Debido a que la industria los considera inútiles porque no ponen huevos y no pueden ser consumidos como carne, en su primer día de vida, los pollitos machos son triturados vivos o arrojados vivos dentro de contenedores de basura donde son aplastados con mazas.
3. Acuchillados hasta la muerte
Los atunes son matados mientras realizan la migración a su lugar de cría, viéndose obligados a entrar en una serie de cámaras hasta que llegan a la última, la llamada”cámara de la muerte ‘, donde serán amontonados y posteriormente masacrados. Luego son amontonados en las cubiertas de los barcos, donde se les deja desangrar y asfixiarse hasta la muerte.
4. Alimentación forzada
La industria del foie gras alimenta a la fuerza a patos mediante un tubo de metálico que les introducen por el esófago hasta el estómago. Esto les causa un sufrimiento extremo debido a la brutal manipulación de los operarios, a la inflamación y dolor en sus bocas, lenguas, esófago y buche por la constante introducción del tubo y al dolor y la incomodidad al tener los tractos intestinales perpetuamente dilatados como resultado de una alimentación excesiva.
5. La vida en una jaula
La industria del huevo somete a miles de millones de gallinas a una de las prácticas más crueles en la ganadería: el confinamiento en jaulas. Dentro de estas jaulas diminutas estos sensible e inteligentes animales sufren en extremo debido a que pueden apenas moverse y nunca pueden estirar las alas.
Las condiciones de vida extremas, el hacinamiento y la acumulación de orinas y heces les provocan estrés, abrasiones en su piel, pérdida de plumas y fractura de huesos debido a que se descalcifican al ser forzadas a producir huevos a un ritmo acelerado. Todo esto lo sufren las gallinas durante los dos años que dura su explotación antes de ser llevadas al matadero, a pesar de que podrían vivir 8 años.
Todas estas torturas a las que se les llama prácticas son habituales y consideradas legales y se realizan día tras día incansablemente en los animales.
Ellos no pueden escapar de este infierno pero nosotros si podemos parar su sufrimiento y acabar con la crueldad si elegimos opciones compasivas para alimentarnos como lo son las alternativas vegetales. Visita Love Veg para más información.