Foie Gras: qué es el cruel alimento que servirán en los Olímpicos de París 2024
La cuenta regresiva parece avanzar más rápido. Los Juegos Olímpicos de París 2024 están a la vuelta de la esquina y con ello el espíritu de universalidad, amistad y respeto se convierte en una bandera en común entre los representantes de los países participantes.
Los valores no son nuevos, han sido un pilar de los Juegos durante toda su historia y su significado se ha ampliado y adaptado hasta tener una base sólida y moderna con el Olimpismo, la filosofía que enarbola esta gran competencia. El fundador de esta filosofía, Pierre de Coubertin, era un fiel creyente de que a través de ella puede crearse un mundo mejor:
“El Olimpismo no es un sistema, es un estado de la mente. Puede extenderse a una amplia variedad de modos de expresión y ninguna raza ni época puede reclamar el monopolio del mismo”.
Pierre de Coubertin, co-fundador del Comité Olímpico Internacional
Entonces, en 2024 cabe preguntarse: ¿puede el espíritu del Olimpismo extenderse hacia los animales? Coubertin ya nos dio una respuesta. Esta historia viene a cuenta porque en las próximas semanas, los Juegos Olímpicos servirán un producto producido con tanta crueldad animal que incluso ha sido considerado ilegal en algunos países.
Foie Gras: la crueldad animal en los Juegos Olímpicos
Así es, hablamos de foie gras, cuya traducción al español sería “hígado graso”, un producto que será servido en el menú VIP de los Juegos Olímpicos, pues es conocido como un “lujo”.
El foie gras es producido a partir de un hígado de pato o ganso que es agrandado a través de una alimentación forzada, lo que en realidad es una enfermedad llamada esteatosis hepática provocada por la intervención humana.
Cuando hablamos de alimentación forzada quiero que pienses en esto: un tubo metálico de 30 centímetros que es introducido por la garganta de las aves para sobre-llenar sus estómagos con una cantidad de comida que equivaldría a 12 kilos diarios para una persona.
Este procedimiento, conocido como “gavage”, se repite varias veces al día y hace que el hígado de las aves se hinche hasta diez veces su tamaño natural. Una completa, forzada e intensa alteración de sus cuerpos que también les provocará fallos orgánicos, neumonía y lesiones en el pico y la garganta.
¿Son posibles unos Juegos Olímpicos sin sufrimiento animal?
Los Juegos Olímpicos han demostrado a lo largo de su historia que, con voluntad, se pueden apropiar de causas justas para avanzar hacia un mundo mejor. Lo hicieron para París 2024, donde alrededor del 60% de los 13 millones de comidas serán sin carne y a base de plantas.
En países participantes como el Reino Unido, Alemania, Italia, Noruega, Polonia, Turquía e Israel se ha prohibido la producción de foie gras debido a su crueldad. En 2024, el Comité Olímpico Internacional debe recordar que los Juegos Olímpicos no son un evento pasivo y, por el contrario, son un agente de cambio con billones de personas a la expectativa.
Como lo planteó Coubertin: los tiempos cambian y los valores del Olimpismo deben extenderse.
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