

Diferencias entre animales domésticos, de compañía, silvestres

Al hablar de los animales es común agruparlos en distintas categorías como domésticos, de compañía y silvestres. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué significan y en qué se diferencian?
A menudo se confunden los animales domésticos con los de compañía, por lo que vale la pena aclarar sus particularidades y contrastarlas con las especies silvestres.
A continuación, repasemos cada grupo con algunos ejemplos:
Animales domésticos
Son especies que, tras un largo proceso de domesticación, se han adaptado a convivir con los seres humanos. Se crían tanto para la vida cotidiana como para fines productivos o de trabajo: por ejemplo, proveer leche, huevos, lana o ayudar en labores del campo.
Aunque muchos mantienen cierto grado de autonomía, dependen en gran medida de los cuidados humanos, como el alimento, la salud o el resguardo.
Ejemplos frecuentes son vacas, gallinas, caballos y ovejas. En este grupo también se incluyen perros y gatos, que, además de ser domésticos, forman parte del siguiente apartado.

Animales de compañía
Son un subconjunto dentro de los animales domésticos. A diferencia de otros, no se crían con fines productivos ni laborales, sino para establecer lazos afectivos con las personas. Se consideran compañeros del hogar y, en muchos casos, “miembros de la familia”.
Los ejemplos más comunes son los perros y gatos, aunque también lo son ciertas aves, peces o incluso caballos.
Vale la pena señalar que el cariño hacia los animales de compañía responde a una construcción cultural: otros animales igualmente domésticos, como las vacas o los cerdos, también son sensibles y capaces de generar vínculos, aunque suelen ser relegados a la explotación.

Animales silvestres
Son aquellos que viven en libertad, en su entorno natural, sin haber sido domesticados por el ser humano. Su subsistencia depende de sus propias capacidades para conseguir alimento, refugio y reproducirse.
Ejemplos de fauna silvestre son las águilas, los delfines, los monos o las tortugas marinas.
A diferencia de los animales domésticos y de compañía, no están adaptados a la convivencia con humanos. Retenerlos en un hogar resulta perjudicial, ya que necesitan las condiciones específicas de su hábitat, y su captura puede poner en riesgo la supervivencia de la especie.

¿Cómo protegerlos a todos?
Independientemente del grupo al que pertenezcan, muchos animales como vacas, cerdos y gallinas son explotados y matados por la ganadería industrial para el consumo humano. La forma más directa y efectiva de protegerlos es elegir una alimentación basada en plantas y, con ello, ampliar nuestra empatía hacia todas las especies, más allá de los animales de compañía.
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menos carne MÁS EMPATÍA
Los cerdos son animales muy sociables que a menudo se consideran más inteligentes que los perros. Puedes ayudar a estos inteligentes animales simplemente eligiendo alternativas vegetales.
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